martes, 31 de enero de 2017

La pianista

¿Añoras las películas de bodas de los noventa? Esas historias románticas de gominola, esos actorcillos afectados con cara de buen chico como Hugh Grant o Adam Sandler. Aquellas actricillas, guapas pero no mucho, siempre con un punto de torpeza pero adorables y muy femeninas al mismo tiempo, heroínas sin buscarlo de algún pequeño y graciosísimo enredo que acababa indefectiblemente en una boda de cuento de hadas en la que su amiga fea también encontraba pareja con el amigo feo del novio. Si la respuesta es sí ni se te ocurra ver La pianista de Michael Haneke. Y el caso es que es una historia de amor...más o menos.

La peli va sobre una serísima profesora de piano bastante rígida y severa, fría como un tempano en apariencia pero con todo tipo de perversiones sexuales en su interior (genial Isabelle Huppert). En un recital privado conoce a un joven admirador y aspirante a pianista con el que poco a poco entablará una relación tan oscura como pasional.

He empezado hablando de las típicas comedias románticas porque realmente son la antítesis de esta obra.
Ninguna concesión a la caricia, a la mantita o las presentaciones familiares. Nada de eso. Es una historia de sexo y amor entre adultos y para adultos. Afilada como un cuchillo, o mejor como una cuchilla, ya sabréis a lo que me refiero si la veis. Es una de esas películas que aunque es fuertecilla da mucho alivio ver ya que se quita uno un poco la sensación de que nada más que se hacen gilipolleces para adolescentes.

Muy interesante guión en el que destaca el doble juego de contrastes que construyen: por un lado el personaje de la pianista, hierática, polar y antisocial pero salvajemente sexual y sin embargo incapaz de separarse de su madre. Por otro el joven músico con un caracter  prosaico, jovial y muy independiente aunque absolutamente convencional en lo tocante al sexo. Con estos ingrediente el choque de trenes resulta inevitable, pero es de agradecer el trato elegante y el buen pulso con los que nos conducen  a través de este raro aunque estimulante romance.

En definitiva, si lo que añoras es una buena película, bien contada, con personajes interesantes, profunda pero no pedante y sin moñerias, échale un vistazo.

Calificación final: Cada persona es un mundo y por lo tanto cada historia de amor debería ser diferente. Aquí una muestra.

martes, 24 de enero de 2017

Después de nosotros

Desde luego, si alguien se queja de que no se le ocurre ninguna idea para hacer una película o escribir un guión que se vea Después de nosotros de Joachim Lafosse y comprobará que cualquier cosa sirve para desarrollar una historia, solo hace falta escoger un momento de tu vida o de la de otros y transcribirlo tal cual en unos folios. No es necesario inventar nada.


La peli va sobre el proceso de separación de una pareja.

¿Ya está? pues sí. Aparte de que está ambientada en Belgíca no hay mucho más que añadir. Se centran en concreto en el periodo en el que aun viven juntos en la misma casa pero uno de ellos, la mujer en este caso, presiona para que el otro se vaya buscando un sitio donde vivir. Vaya, lo que en España viene siendo conocido como "la patada".

De una manera casi documental nos muestran las típicas situaciones, frases y actitudes que se dan en este tipo de rupturas, las ágrias discusiones por cualquier cosa, los victimismos, las palabras de más, (y las de menos) ,las duras negociaciones por el reparto de la casa y de la custodia de las hijas, los profundos desprecios, inimaginables tan sólo unos meses atrás....En definitiva, todas esas bonitas cosas que nunca saldrán en una película de Meg Ryan o de Adam Sandler.

Y todo nos lo cuentan de forma natural, sin demasiado drama y con equidistantancia,es decir, sin tomar partido en absoluto por ninguno de los miembros de la pareja, un aspecto este que se nota absolutamente medido y premeditado.

Muy acertados diálogos, correctisimas interpretaciones, incluidas las de las dos niñas pequeñas que hacen el papel de hijas, un buen ritmo narrativo, una buena ambientación.... En general todo está bien, pero...¿realmente es necesario hacer una película que refleje tan fielmente esta realidad? vaya, es que todo ocurre tal cual. No hay ninguna sorpresa, o giro argumental. En realidad ni siquiera hay argumento. Casi parece una película de aquellas llamadas coyunturales de  los ochenta para mostrar en que consiste un divorcio.

Desde luego hay que reconocer que consiguen transmitirnos el ambiente enrarecido que se forma en una casa de inminentes separados, pero ¡me voy a tener que poner una de Pixar para desintoxicarme de tanta adultez!

Calificación final. Un todo en uno de planteamiento, nudo y desenlace.


miércoles, 18 de enero de 2017

La espera (L'atessa)

Tomando apuntes mientras veía La espera (L'atessa) de Piero Messina anotaba cosas como, evocadora ambientación, uso poético del escenario, delicada fotografía...pero ¡poco duran las alegrías en la casa del pobre!.

La peli va sobre una joven que va a visitar a su pareja en una vieja villa siciliana. Al llegar se encuentra que sólo parecen estar viviendo ahí la madre del chico y un viejo criado. La chica no consigue contactar con el novio pese a que le deja continuos mensajes en el móvil, sin embargo, la mujer le asegura que volverá en unos días, por lo que decide esperarle en la casa a la vez que va conociendo a su suegra.

De ahí el título, La espera...claro una chica esperando...pues eso. No tiene pinta de ser muy divertida ¿verdad?. Pues habéis acertado. Es soporífera. Promete mucho al principio, al menos estéticamente, pero pronto (muy pronto) va cayendo en barrena hasta estrellarse en algún páramo cinematográfico donde no será encontrada jamas por los historiadores del séptimo arte.

La película tiene un aire muy de cine de autor de los setenta: planos perfileros, diálogos con 5 o más segundos de silencio entre frase y frase, miradas perdidas, ambiente tristón y mucho drama interior de los personajes. Nada de esto estaría del todo mal si no fuese porque estamos en el año 2016 y por mucho que los cineastas indies quiera ocultar su vaciedad con planos cámara al hombro, silencios eternos y actores que no pestañean, no se nos debe escapar una realidad muy patente: Lo que una vez fue artístico no siempre lo va a ser. Los tiempos cambian y hay que buscar nuevos caminos.

Y claro, luego pasa lo que pasa, que los actores se ven arrastrados por estos estilos narrativos y parece que les hayan metido un palo por el culo. Personalmente no me parece mal un poco de teatralidad en las interpretaciones, pero tanto silencio, tanta mirada mantenida sin pestañear antes de responder a cualquier pregunta me acaban por poner de mala hostia.

Así y todo no es de las más cargantes que he visto, al menos en esta el drama principal es tan serio como quieren transmitirnos con el ambiente (en otras pelis de autor se ponen muy serios para terminar contando una chorrada)  y visualmente es impecable verdaderamente. Si te gustan las películas lentorras igual le deberías dar una oportunidad.

Calificación final: Bello sopor a la italiana





lunes, 9 de enero de 2017

Mi vida a lo sesenta

La verdad es que a veces da gusto ser europeo porque  hay temáticas que sólo deberíamos tratarlas nosotros ya que cuando lo hacen los americanos suelen cagarla en forma de moralinas, fabulitas de tres al cuarto, lecciones a destiempo y mucho miedo a salirse del camino marcado y de lo políticamente correcto.
Hoy estamos de suerte porque Mi vida a lo sesenta de Sigrid Hoerner es alemana.

 Una reconocida aunque ácida y antisocial bióloga a la que prejubilan en su empresa el día de su 60 cumpleaños, decide que es momento de tener un hijo gracias a los óvulos que congelo cuando tenia 40. Buscando un donante de esperma lo más normal posible para contrarrestar todas sus rarezas, da con un joven periodista, hijo de un galerista de arte también en sus 60,  obsesionado con seguir pareciendo joven con el que casualmente ya ha tenido un par de encuentros fortuitos no del todo agradables.

Me suelen dar mucha pereza las comedias crepusculares o las que tratan los temas existenciales desde un punto de vista ligero, pero no se que me ha pasado con esta que me la he visto del tirón. Y además me he reído.

El miedo al paso del tiempo, a la perdida de juventud y de atractivo sexual, la muerte de los seres queridos, la perdida del trabajo o el temor a estar fuera de época son temas que se tratan sin tapujos en esta peli y que suelen más impulsarnos a meternos debajo de una manta que a echarnos unas risas con ellos, sin embargo magicamente consiguen lo segundo.

Y todo gracias a unos muy buenos diálogos, bastante sarcásticos y sobre todo a la construcción de unos personajes tremendamente atractivos, humanos y comprensibles para todos en todo momento. Sus anhelos, sus meteduras de pata, sus divertidas inmadureces hacen que nos sintamos identificados con ellos y que en ultima instancia le tengamos un poco menos miedo a hacernos mayores.
No hay que perderse en ningún momento como acaba el muñeco de bebé que le prestan a la prota para que se vaya acostumbrando a la maternidad .

La única pega que podría ponerles es la elección de los dos actores principales, y no porque lo hagan mal  sino porque ¡están demasiado bien para tener sesenta años! Así que este año va a haber que tomarse en serio lo de la dieta y el ejercicio. Una vez más.

Calificación final: ¡La madurez es un mito!







jueves, 5 de enero de 2017

10 años y divorciada

Con este título se podría pensar que es una comedia romántica americana, tal vez de esas que tanto les gustan, de intercambio de cuerpos. Pero no, ¡es literal!

La peli va sobre una niña yemení de 10 años a la que casan a la fuerza con un un tío de 40. Anteriormente la familia de la niña sufre una gran deshonra en el pueblo donde viven: Una de las hijas es violada por un gañán del lugar, lo cual en sí no es demasiado problema ya que la cosa se soluciona con un par de toros regalados por el padre del violador al padre de la violada y con casarlos, pero claro al no ser virgen supone una gran vergüenza familiar y se ven obligados a emigrar a la ciudad. Invadidos por la pobreza, al padre le parece una buena idea vender a su hija pequeña. Una vez casada con su comprador la llevan a la tribu donde debería vivir el resto de su vida. Violada cada noche por su marido y maltratada y esclavizada también por su suegra, mantiene una actitud hostil y rebelde con todo, lo que hace que vuelvan a la ciudad para que el padre le lea la cartilla a la niña. En un descuido se escapa de casa en busca de unos juzgados. No se sabe muy bien cómo, consigue colarse en una de las salas para pedir el divorcio al primer juez con el que se encuentra.

Terrible relato el que nos cuentan en 10 años y divorciada de Khadija Al-Salami, acercándonos a una realidad que no siempre deseamos ver, la del pisoteo sistemático de los derechos de las niñas en no pocos países de nuestro planeta.

Sin escamotearnos ni una linea de información y de manera valiente nos enseña lo medieval y absolutamente retrogrado de algunas costumbres tribales de la mayoría de los países de la península arábiga.
La película no escatima en improperios a la mujer soltados por los hombres protagonistas, pero tampoco oculta que un gran número de mujeres de esos países están en la misma linea de pensamiento que los hombres, por desgracia. Al menos en los entornos más rurales y desfavorecidos.

Lo curioso es que los hombres se amparan continuamente en la Sharía, la ley musulmana, para cometer sus actos, sin embargo el propio juez, que la ha estudiado de verdad, les  hacer ver que en demasiadas ocasiones se la inventan.

Hay mucha tela que cortar a nivel moral e ideológico, pero centrándonos en lo puramente cinematográfico la película está muy bien contada, con buen ritmo, buscando el interés narrativo con saltos de tiempo realizados con bastante habilidad y con una preciosa fotografía, un pelín del gusto del  Sundance Institute, que nos muestra en toda su plenitud los sorprendentes paisajes y ciudades de Yemen.


Calificación final: Una película necesaria.


lunes, 2 de enero de 2017

Brooklyn


Casi sin terminar de ver Brooklyn de John Crowley me pongo a escribir el post, ya que de otra manera se me olvidaría en un par de horas.

La peli va sobre una chica irlandesa que decide emigrar a Nueva York a finales de los años 40. Sus vicisitudes, sus morriñas, sus dudas….

Lo mejor de Brooklyn es que si la ve Donald Trump la censura, no sea que se animen más inmigrantes a ir pa’lla. Porque, en fin, sin ser como para tirar cohetes no le va mal a la muchacha.
 
Y ahí es donde radica el problema. La historia no puede ser más anodina y lineal. No es que esté mal contada pero se queda uno como encogido de hombros al final diciendo “Pues vale. Me voy a bajar la basura”. Hay que decir en su favor que los actores están bastante bien, y la ambientación es sencillamente excelente. Y no es sarcasmo,¿eh?.

Los vestidos a todo detalle perfectamente entonados con cada clase social representada. Los peinados, cambiantes en los pocos años entre los que transcurre la historia, las músicas, sin una triste concesión al swing o al jazz, solo mostrandonos lo que escuchaban de verdad los irlandeses en aquella época. Y hasta los rostros de las actrices elegidas: Las que hacen de guapas se ajustan perfectamente a la belleza tipo pin-up reinante en la época. Y otros pequeños detalles de vestuario como los relojes, las medias de costura trasera o los zapatos, cuidadosamente elegidos en cada secuencia.


Total, que la peli no está mal y aunque solo sea por la ambientación merece echarle un vistazo, pero le deja a uno un poco frío.

Calificación final: 1 hora 46 minutos en verla, 1 hora 46 minutos en olvidarla.