lunes, 31 de julio de 2017

La alta sociedad

Hay gente que tienes unos cojonazos del tamaño de dos pelotas de baloncesto. Me acuerdo cuando era estudiante y el día anterior a un examen no había tocado ni un libro ni un apunte de los que tenia fotocopiados de algún compañero más trabajador o más listo. Iba por la mañana a clase con ánimo de pasar la jornada jugando a las cartas en la cafetería, pero siempre había alguno que, aunque no había estudiado una puta mierda, se presentaba al examen. Y tu le preguntabas: 

-Pero...¿para que vas si vas a catear seguro? 
y el otro respondía 
-¡por si acaso!

Pues La alta sociedad de Bruno Dumont, se presentó a competición en el Festival de Cannes. ¡Lo peor es que la nominaron a varias cosas!

Principios de siglo XX. A la zona costera de Nord-Pas-de-Calais acude a veranear una extravagante familia burguesa, los Van Peteghen. Debido a las extrañas desapariciones de turistas que están teniendo lugar en la zona aparecen el comisario Machin y su ayudante Malfoy con intención de resolver el misterio. Aunque ellos no lo saben, pronto vemos que los turistas están siendo comidos por la familia Brufort, unos marisqueros locales. El hijo mayor de estos se enamorara de la hija mayor transgenero de los ricachos veraneantes.

Otro director descubriendo el Mediterraneo. De verdad, la búsqueda de la originalidad y la diferencia me parece muy loable y necesaria en cualquier campo artístico. Estaríamos perpetuamente estancados en las pinturas de Altamira y las piezas al estilo de la Venus de Willendorf si no fuese gracias a que unos pocos francotiradores a lo largo de la historia del arte se han empeñado en hacer algo diferente de lo establecido. ¡Pero algo diferente! !no vale repetir lo que ya se hizo hace 50 años y presentarlo como nuevo!

Sobrevuela constantemente sobre la película el espíritu del Fellini de Casanova o Giulietta de los Espiritus, pero no a modo de homenaje o mera copia, no. Es como si a alguien le hubiesen hablado de Fellini y un poco de oídas intentase asimilar lo que es de otro como propio. Pero no cuela. El ambiente fantástico y surreal de algunas pelis de Fellini tenían un inconfundible sello de personalidad y originalidad y por si esto fuera poco se adelantó unos cuantos años a Bruno Dumont (y a todos).

Resulta patético el intento de perfilar personajes extraños a base de imponerles defectos físicos y de hacerlos reaccionar sin pies ni cabeza ante la realidad que les rodea, de manera gratuitamente absurda. Claro, ves a buenas actrices como Juliette Binoche completamente salida de madre, sin filtro alguno y exageradísima en su interpretación, sin duda siguiendo las ordenes del director,y uno se empieza a mosquear. También cuando ves como al estilo de Passolini escoge a algunos actores no profesionales con caras raras para darle picante a la historia. Pero Passolini escogía a sus actores por otras razones de mucho más peso artístico...y sexual, por supuesto.

Se supone que es una comedia pero no ha conseguido esbozarme ni una sonrisa, llamadme rancio pero es que a mi el slaptick me hacia gracia cuando tenia 8 años. Simplones, Obesos, bajitos, jorobados, feos, golpes y caídas. Ese el humor de La alta sociedad, Y también se supone que quiere ser imaginativa y original pero lo que sale ya se ha visto muchas otras veces resultando por lo tanto aburrida y previsible sobre todo a medida que avanza la película y le vemos el truco al director.


Calificación final: Visualmente es bonita pero resulta un poco bodrio.




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