jueves, 15 de diciembre de 2016

Girl on the edge

¿Que decir cuando tu pobre cerebrito se acaba de zampar algo tan deleznable como Girl on the edge de Jay Silverman? Antes de nada tengo que avisaros de que es un publirreportaje de hora y media y que si la veis sea para denunciarla en las redes sociales o en instancias superiores si es menester.

La cosa va sobre una chica de 15 años que queda con un chico de 18 al que ha conocido en una app de ligar. La primera cita es en una fiesta y el chaval ni corto ni perezoso decide drogarla echándole algo en la bebida. Cuando ya esta blandita se la sube a la habitación y la viola y además le hace fotos desnuda para subirlas a internet. Una joya de muchacho. Ella que no está muy segura de lo que ha pasado porque no se acuerda, se cree que ha encontrado novio, hasta que todo el instituto, sus padres y ella misma se enteran de lo de las fotos y empieza a sospechar que igual no es trigo limpio su nuevo amor. Sus padres que son personas maduras como Dios manda, le echan una peta de tres pares de cojones y deciden internarla durante varios meses en un centro para señoritas descocadas llamado Maheo, donde por fín aprenderá a abrazar la vida. Eso le pasa por guarra.

Por si alguien piensa que es el argumento de alguna película de los años 60 de Pedro Lazaga  que se vaya desengañando. Es del año pasado y del país de Trump.

Indignante, bochornosa, engañosa, e infinítamente machista son las palabras que me salen después de haber contado hasta diez. Antes sólo me salia putisima mierda infumable y denunciable.

Son tantos los aspectos  negativos de esta película que se me acaban los calificativos. Al violador lo denuncian pero nadie se molesta en hacer pruebas medicas a la víctima, por la sencilla razón de que a los productores de la película les interesa que quede en duda si la han violado o no (con penetración, ¡que lo demás no es violación, oiga!). Porque la intención de Girl on the edge es clara, se trata de culpabilizar y castigar a la que en realidad es la víctima para así poder llenar su academia de nuevas descarriadas. Sí, lo habéis adivinado, la escuela existe realmente. Está en Utah y se llama Uinta Academy. Aquí tenéis el enlace:   http://uintaacademy.com

Que primor de lugar: Un apacible rancho de simpáticos caballos en el que nada más llegar te quitan móvil, ordenador y ropa, y te dan una especie de chandal holgado y una gorra, en palabras de Maheo "para que las chicas aprendan a expresarse sin necesidad de mostrar su cuerpo". Allí conocerás a otras como tu, como por ejemplo Stephanie, la cual afirma no sin cierta amargura que : "bueno...ahora soy famosa en internet...lo merezco, por fiarme de uno con tatuajes chinos"...
Que fiestas tan diver hacen en Maheo, se disfrazan y se pintan  de manera divertida y se lo pasan en grande bailoteando entre ellas y volviendo a ser las niñas que jamás deberían haber dejado de ser.
¡Y cómo cambian las ya por fin dulces bebés! la prota, que entró malhumorada y vistiendo vaqueros negros, cadenas y camisas de cuadros sale vestida con una falda por los tobillos rosa salmón y una rebequita de lana verde pastel. Y con el pelo limpio, por cierto, no como antes.

¿Cómo puede una televisión de España comprar semejante producto y encima cobrar por verlo?.
Todo de vómito, pero apretaos los machos que esta es la nueva era que se nos viene encima.

Calificación final: Una parte de este mundo en el que vivimos resulta muy triste y desagradable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario