Ay, pobre espectador, sí que es verdad que No hay piedad.
La peli va sobre un matón de una familia mafiosa al que le encomiendan llevar a una prostituta al hijo del jefe y por razones que se desconocen le da por hacerse el protector con ella hasta el punto de casi cargarse a monopatinazos al susodicho.
Pero ¿qué está pasando con el cine indie contemporáneo? Da igual de que país sean o de que tema traten (italiana en este caso, de Michele Alhaique). Tienen todas un serie de características comunes super recurrentes, a saber:
- Seguimiento del personaje principal cuanto más mejor con cámara al hombro mostrandonos su cogote.
- Cortísima profundidad de campo, con lo que no es raro ver solo enfocado un ojo del actor mientras que todo lo que está detrás (incluido su otro ojo) y delante queda desenfocado. A esta técnica le pasa lo que al filtro vintage de Instagram y similares. La primera vez mola. La 500 cansa y mucho.
- Personajes fríos y con poquísimo diálogo. Pero eso sí con mucha vida interior...conocida supongo por el guionista y a veces (sólo a veces) por el director.
- Post-rock. Tu película no vale un carajo si la música de fondo no está hecha en este estilo.
- Aburrimiento. Pues sí, también es una característica común. Son un coñazo.
Total que si ya te has visto algunas de este tipo no tienes más que encajarle el argumento de arriba y la puedes dar por vista..
Calificación final: Irrelevante.
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